viernes, 30 de noviembre de 2012

Introducción




El niño entre 6 y 12 años enfrenta una de las etapas más exigentes de su desarrollo personal, la cual será determinante para la consolidación de su personalidad y de sus capacidades emocionales, laborales y sociales. Por primera vez en su vida deberá desenvolverse en un ambiente formal que le exigirá un desempeño objetivo en campos hasta ahora no explorados para él. Para cumplir con éxito este desafío, el escolar deberá echar mano a las fortalezas acumuladas en las Etapas anteriores de su desarrollo. Se podría decir que es el momento en que se resume la historia previa y se vuelca hacia el descubrimiento y conquista de un mundo más amplio, atrayente, competitivo y agresivo.

El ingreso al sistema escolar, que expone al niño a nuevos evaluadores externos, coincide con mayores expectativas de la familia respecto al comportamiento del niño, su adaptación a las normas sociales y el despliegue de su capacidad cognitiva. Simultáneamente el niño continuará con mayor fuerza el proceso de separación de sus padres, logrando así el grado necesario de autonomía para incursionar en otro medio social, donde sus compañeros comienzan a constituirse en referentes significativos.

En la medida que el niño va enfrentando con éxito estos desafíos, irá logrando mayor seguridad en si mismo, lo que a su vez repercutirá en un mejor desempeño global, cerrando de esta manera un círculo virtuoso. En oposición, es fácil imaginar el círculo vicioso que surge frente al fracaso en cualquier ámbito.

Estadio IV de Erikson



Etapa Escolar
Latencia.


El cuarto estadio de Erikson corresponde a la de latencia, Etapa Escolar, comprendida entre los 6 y 12 años de edad del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento excesivo de inferioridad. Los niños deben “domesticar su imaginación” y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para cumplir las exigencias de la sociedad.

Aquí entra en juego una esfera mucho más social: los padres, así como otros miembros de la familia y compañeros se unen a los profesores y otros miembros de la comunidad. Todos ellos contribuyen; los padres deben animar, los maestros deben cuidar; los compañeros deben aceptar. Los niños deben aprender que no solamente existe placer en concebir un plan, sino también en llevarlo a cabo. Deben aprender lo que es el sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea académicamente o socialmente.



Una buena forma de percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del cuarto es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden querer jugar, pero solo tienen conocimientos vagos de las reglas e incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego escogido. No soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a su oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las reglas, las consideran algo mucho más sagrado e incluso puede enfadarse si no se permite que el juego llegue a una conclusión estipulada.

Si el niño no logra mucho éxito, debido a maestros muy rígidos o a compañeros muy negadores, por ejemplo, desarrollará entonces un sentimiento de inferioridad o incompetencia. Una fuente adicional de inferioridad, en palabras de Erikson, la constituye el racismo, sexismo y cualquier otra forma de discriminación. Si un niño cree que el éxito se logra en virtud de quién es en vez de cuán fuerte puede trabajar, entonces ¿para qué intentarlo?.



Una actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa de virtuosidad dirigida. Esta conducta la vemos en niños a los que no se les permite “ser niños”; aquellos cuyos padres o profesores empujan en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de intereses más amplios. Estos son los niños sin vida infantil: niños actores, niños atletas, niños músicos, niños prodigio en definitiva. Todos nosotros admiramos su laboriosidad, pero si nos acercamos más, todo ello se sustenta en una vida vacía.

Sin embargo, la malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos aquellos de nosotros que poseemos un “complejo de inferioridad”. Alfred Adler habló de ello. Si a la primera no logramos el éxito, ¡no volvamos a intentarlo!. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en matemáticas, entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de matemáticas. Otros fueron humillados en el gimnasio, entonces nunca harán ningún deporte o ni siquiera jugarán al raquetball. Otros nunca desarrollaron habilidades sociales (la más importante de todas), entonces nunca saldran a la vida pública. Se vuelven seres inertes.

Lo ideal sería desarrollar un equilibrio entre la laboriosidad y la inferioridad; esto es, ser principalmente laboriosos con un cierto toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes. Entonces tendremos la virtud llamada competencia.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

• El ingreso a la educación formal implica grandes cambios en el niño y su familia. Los niños deben empezar a separarse de sus padres y amplían su círculo social. 
• Se enfrentan al desafío de convivir con personas diferentes(compañeros, maestros y demás integrantes del equipo del centro educativo) por lo menos durante 4 horas a lo largo de 5 días a la semana. 

• Aprenden a ser tratados igual que los demás.

• Comienzan a tener obligaciones y responsabilidades.

• El desarrollo se da por igual en varones y niñas, aunque las niñas maduran algo antes que los varones. Los varones tienden
a ser mucho más activos físicamente, y violentos entre ellos.





Todo el desarrollo del niño está muy influenciado por el ambiente    familiar, la relación madre-hijo y los estilos de crianza. Hay factores psicosociales que implican riesgo de trastornos en el desarrollo infantil: 

1) Factores socio-económicos, como la pobreza extrema. 

2) Factores socio-familiares: Familia uniparental. (Padre o madresolos, sin apoyo). Familia numerosa, de más de 4 hijos. Discordia familiar. Separación o divorcio, con litigio entre los padres. Abuso sexual intrafamiliar. Comunicación intrafamiliar pobre o distorsionada. 

3) Disponibilidad parental: Analfabetismo o primaria incompleta. Psicopatología de los padres y depresión materna. Ausencia de gratificaciones vitales (personales, amigos, etc.). Condición laboral de la madre poco gratificante. 

4) Prácticas de crianza: Sobreprotección. Control inconsistente.Negligencia, abandono. Maltrato. Creencias y prácticas machistas. 

5) Características propias del niño: Sexo masculino o femenino.Enfermedad física crónica. “Vulnerabilidad” por características temperamentales. 


Primer día de clases


El inicio en la etapa escolar es importante para el desarrollo del niño, puesto que permite establecer relaciones sociales con otros niños que se encuentran en esa misma etapa. Del mismo modo, genera en éstos niños la adquisición de valores y normas que facilita el que pueda enfrentar en las etapas siguientes los nuevos desafíos de la vida. 
El ingreso de los niños al colegio, va acompañado de la motivación que tienen los padres, por enseñar y educar a sus hijos, para ésto es esencial la buena relación y comunicación que se establezca entre los padres y el establecimiento en el cual se encuentra el niño.


¿Qué importancia tienen los padres en la educación de sus hijos?

¿Es importante una alimentación balanceada antes de asistir a clases?